miércoles, 23 de mayo de 2012

La Fuente de La Juventud


Durante milenios, el sueño de hechiceros, magos y alquimistas ha sido el de encontrar el elixir de la eterna juventud. Y leyendas llegadas de los rincones de la tierra hablan de ríos, fuentes, árboles, frutos y pócimas con poderes para rejuvenecer a los hombres.
En Babilonia ya se consideraba el agua como símbolo de la vida, por su poder curativo y fertilizante. Se decía que la fuente y manantial de toda el agua se encontraba en el Golfo Pérsico y en remotos tiempos fue personificado como Ea "la casa del agua", dios de las aguas dulces, que surtía las corrientes, canales y ríos.
En el epílogo del Código de Hammurabi se invoca al dios Adad para que prive a los enemigos de la lluvia del cielo y de las aguas de las fuentes.
Los asirios rendían culto a Ishtar, diosa del amor, purificadora de las aguas y patrona de los manantiales "que traen la vida".


Como toda fuente que posee propiedades mágicas, sagradas, místicas… La Fuente de La Juventud goza de la presencia de Hadas que la protegen y custodian. Estas Hadas (Semiseres) gustan de la presencia de mariposas, por su condición de Hadas Acuáticas, así como escuchar el rumor del agua a través de los caminos que recorre y aspirar la fragancia y aroma de flores como Crisantemos, Tomillo, Lavanda, Rosas Petunias, Verbena y Zinnia. Les Gusta mucho bailar a la Luz De La Luna Llena formando círculos sobre la hierba y céspedes de los alrededores de la fuente. Estos círculos que trazan sobre el terreno son conocidos como Los Anillos de Las Hadas.

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