El Áthame

El Áthame es una daga o cuchillo ceremonial sagrado, forjado con una hoja de acero o hierro de doble filo y un mango negro, generalmente de madera,que simboliza el elemento Aire.
Este es un instrumento para dirigir la energía que esta dentro del cuerpo hacia el exterior. Se utiliza para consagrar y bendecir el agua y la sal, el fuego y el aire (incienso). También se lo utiliza para crear el círculo y deshacerlo. 


En tradiciones fuera de la wicca es posible encontrar dagas de otros materiales y características, pero de acuerdo a la Wicca Tradicional, el Áthame debe ser forjado en un "material ferroso".


Si bien esta herramienta no es empleada para causar daño, ni para derramar sangre,  ni para cortar cosas físicas/materiales;  se la conoce como "la verdadera arma de las brujas" por su uso energético, ritual y su simbolimo sagrado. 


Dentro de la Tradición de la Wicca la función de esta herramienta es de direccionamiento de energía. Además de representar la volundad y el poder personal de quien la porta, también representa la acción, el poder de la mente, la capacidad de enfocarse y discernir.


Características del Áthame:


El Áthame tradicionalmente es un cuchillo de hoja larga (un poco más grande que la palma de la mano del practicante) de doble filo y mango negro, como no es un artefacto para cortar no es necesario que esté afilado, para tareas de corte de hierbas u otros materiales se suele utilizar otro cuchillo de mango blanco llamado bolline.


En la tradición de la magia druídica esta herramienta toma el nombre de Yag-Dirk en Escocia y Seax en la tradición druídica anglosajona, el uso de la daga en el druidismo es imprescindible, al igual que la varita, el báculo y la hoz.




El Áthame representa la fuerza, el poder, la luz y orgullo; asociado a la parte masculina del universo y a los elementos aire y fuego, es la que dirige y canaliza, además de trazar la forma del conjuro o rito. Al igual que las espadas rituales en la magia la hoja de metal es el mejor conductor de la fuerza del iniciado además de representar la defensa y la redención que podría ofrecer el brujo, por lo tanto no es una herramienta para atacar sino para defenderse, perdonar y redimir.